Porque al fin y al cabo, debería tratarse sobre todo de AMOR EN MAYÚSCULAS
Hoy quiero hablaros del AMOR. Sí, del amor en mayúsculas.
Al fin y al cabo de eso se trata, no?? Hablamos y escribimos sobre vestidos, planes B, lugares para celebraciones, invitaciones, minutas, Candy bars, canciones, peinados, fotógrafos… y en ocasiones queda en demasiado segundo plano el AMOR que considero debería ser el centro.
Conozco parejas que han dejado de serlo durante los meses previos a la boda (hay que decir que no contaban con una organizadora a su lado.. jijijiji), y otras que se han casado y se han divorciado antes de celebrar su primer aniversario. En estos caso no puedo más que preguntarme, ¿hasta qué punto realmente existía un compromiso o simplemente el capricho de celebrar una boda? ¿Puede el amor que te empuja a una boda romperse así, tan de repente, tan rápido? ¿O será verdad cuando dicen que hemos creado una sociedad donde lo que no funciona en lugar de intentar arreglarlo simplemente lo desechamos?
Porque sí, señores si, las bodas son unas fiestas fantásticas, la mejor ocasión para tener a toda la gente que queremos junta, la excusa para tirar la casa por la ventana, el día en el que seguramente llevaremos el vestido más caro que vamos a tener nunca!!… y muchas cosas más. Pero por encima de todo, creo que debería ser un día importante a nivel personal, un día de amor y de compromiso, un paso adelante en la relación que nos une con la persona que queremos, la decisión de compartir nuestra vida con otra persona. Y si realmente tenemos presente todo eso el día de nuestra boda, me niego a creer que no vamos a estar dispuestos a luchar por ello, que no vamos a hacer todo lo posible para que salga bien.
Supongo que a veces es una cuestión de evolución y de trabajar en la relación. Tenemos que asumir que esas mariposas en el estómago, ese mirar el teléfono cada 2 minutos por si nos ha escrito o esperando una llamada, esas horas delante del espejo probándonos modelitos a ver cuál nos queda mejor pero sin que se note que nos hemos querido arreglar… dura cierto tiempo –por suerte porque a veces es un sin vivir!!!-.
Las relaciones evolucionan, cada etapa tiene su magia y el secreto está en saber afrontar y disfrutar de cada una de ellas. Y sobre todo, soy gran defensora de que una relación siempre será 1+1=2 y no 1+1=1.
Hoy me he puesto un pelín más trascendental que de costumbre… será que soy una romántica y a veces entre tules, mantelerías, invitaciones y menús gourmet tengo la sensación que el AMOR queda rezagado.
Os diré algo que siempre les digo a las parejas de novios con las que colaboramos, “tener muy presente que al final de lo que se trata es de celebrar vuestro AMOR, vuestro compromiso y vuestras ilusiones con la gente con la que queréis; si cada decisión la tomáis con esta idea en la cabeza, vuestra boda será seguro la mejor boda del mundo”
Ahora que se acercan la época de bodas por excelencia, todos novios, invitados, padres, amigos… tener muy, muy, muy presente, que al fin y al cabo de lo que debería tratarse es de AMOR EN MAYÚSCULAS!!
Feliz miércoles a todos!!Hoy quiero hablaros del AMOR. Sí, del amor en mayúsculas.
Al fin y al cabo de eso se trata, no?? Hablamos y escribimos sobre vestidos, planes B, lugares para celebraciones, invitaciones, minutas, Candy bars, canciones, peinados, fotógrafos… y en ocasiones queda en demasiado segundo plano el AMOR que considero debería ser el centro.
Conozco parejas que han dejado de serlo durante los meses previos a la boda (hay que decir que no contaban con una organizadora a su lado.. jijijiji), y otras que se han casado y se han divorciado antes de celebrar su primer aniversario. En estos caso no puedo más que preguntarme, ¿hasta qué punto realmente existía un compromiso o simplemente el capricho de celebrar una boda? ¿Puede el amor que te empuja a una boda romperse así, tan de repente, tan rápido? ¿O será verdad cuando dicen que hemos creado una sociedad donde lo que no funciona en lugar de intentar arreglarlo simplemente lo desechamos?
Porque sí, señores si, las bodas son unas fiestas fantásticas, la mejor ocasión para tener a toda la gente que queremos junta, la excusa para tirar la casa por la ventana, el día en el que seguramente llevaremos el vestido más caro que vamos a tener nunca!!… y muchas cosas más. Pero por encima de todo, creo que debería ser un día importante a nivel personal, un día de amor y de compromiso, un paso adelante en la relación que nos une con la persona que queremos, la decisión de compartir nuestra vida con otra persona. Y si realmente tenemos presente todo eso el día de nuestra boda, me niego a creer que no vamos a estar dispuestos a luchar por ello, que no vamos a hacer todo lo posible para que salga bien.
Supongo que a veces es una cuestión de evolución y de trabajar en la relación. Tenemos que asumir que esas mariposas en el estómago, ese mirar el teléfono cada 2 minutos por si nos ha escrito o esperando una llamada, esas horas delante del espejo probándonos modelitos a ver cuál nos queda mejor pero sin que se note que nos hemos querido arreglar… dura cierto tiempo –por suerte porque a veces es un sin vivir!!!-.
Las relaciones evolucionan, cada etapa tiene su magia y el secreto está en saber afrontar y disfrutar de cada una de ellas. Y sobre todo, soy gran defensora de que una relación siempre será 1+1=2 y no 1+1=1.
Hoy me he puesto un pelín más trascendental que de costumbre… será que soy una romántica y a veces entre tules, mantelerías, invitaciones y menús gourmet tengo la sensación que el AMOR queda rezagado.
Os diré algo que siempre les digo a las parejas de novios con las que colaboramos, “tener muy presente que al final de lo que se trata es de celebrar vuestro AMOR, vuestro compromiso y vuestras ilusiones con la gente con la que queréis; si cada decisión la tomáis con esta idea en la cabeza, vuestra boda será seguro la mejor boda del mundo”
Ahora que se acercan la época de bodas por excelencia, todos novios, invitados, padres, amigos… tener muy, muy, muy presente, que al fin y al cabo de lo que debería tratarse es de AMOR EN MAYÚSCULAS!!
Feliz miércoles a todos!!Hoy quiero hablaros del AMOR. Sí, del amor en mayúsculas.
Al fin y al cabo de eso se trata, no?? Hablamos y escribimos sobre vestidos, planes B, lugares para celebraciones, invitaciones, minutas, Candy bars, canciones, peinados, fotógrafos… y en ocasiones queda en demasiado segundo plano el AMOR que considero debería ser el centro.
Conozco parejas que han dejado de serlo durante los meses previos a la boda (hay que decir que no contaban con una organizadora a su lado.. jijijiji), y otras que se han casado y se han divorciado antes de celebrar su primer aniversario. En estos caso no puedo más que preguntarme, ¿hasta qué punto realmente existía un compromiso o simplemente el capricho de celebrar una boda? ¿Puede el amor que te empuja a una boda romperse así, tan de repente, tan rápido? ¿O será verdad cuando dicen que hemos creado una sociedad donde lo que no funciona en lugar de intentar arreglarlo simplemente lo desechamos?
Porque sí, señores si, las bodas son unas fiestas fantásticas, la mejor ocasión para tener a toda la gente que queremos junta, la excusa para tirar la casa por la ventana, el día en el que seguramente llevaremos el vestido más caro que vamos a tener nunca!!… y muchas cosas más. Pero por encima de todo, creo que debería ser un día importante a nivel personal, un día de amor y de compromiso, un paso adelante en la relación que nos une con la persona que queremos, la decisión de compartir nuestra vida con otra persona. Y si realmente tenemos presente todo eso el día de nuestra boda, me niego a creer que no vamos a estar dispuestos a luchar por ello, que no vamos a hacer todo lo posible para que salga bien.
Supongo que a veces es una cuestión de evolución y de trabajar en la relación. Tenemos que asumir que esas mariposas en el estómago, ese mirar el teléfono cada 2 minutos por si nos ha escrito o esperando una llamada, esas horas delante del espejo probándonos modelitos a ver cuál nos queda mejor pero sin que se note que nos hemos querido arreglar… dura cierto tiempo –por suerte porque a veces es un sin vivir!!!-.
Las relaciones evolucionan, cada etapa tiene su magia y el secreto está en saber afrontar y disfrutar de cada una de ellas. Y sobre todo, soy gran defensora de que una relación siempre será 1+1=2 y no 1+1=1.
Hoy me he puesto un pelín más trascendental que de costumbre… será que soy una romántica y a veces entre tules, mantelerías, invitaciones y menús gourmet tengo la sensación que el AMOR queda rezagado.
Os diré algo que siempre les digo a las parejas de novios con las que colaboramos, “tener muy presente que al final de lo que se trata es de celebrar vuestro AMOR, vuestro compromiso y vuestras ilusiones con la gente con la que queréis; si cada decisión la tomáis con esta idea en la cabeza, vuestra boda será seguro la mejor boda del mundo”
Ahora que se acercan la época de bodas por excelencia, todos novios, invitados, padres, amigos… tener muy, muy, muy presente, que al fin y al cabo de lo que debería tratarse es de AMOR EN MAYÚSCULAS!!
Feliz miércoles a todos!!